Algunos expertos apuestan por el topónimo Aquis Voconis. Otros dicen que se llamaba
Aquae Calidae. Lo cierto es que la actual Caldes de Malavella fue una importante
estación termal con la romanización en el siglo I dC. Situada cerca de la Vía Augusta, muchos viajeros paraban para descansar y
beneficiarse de las propiedades curativas de sus aguas calientes (salen a 60° C). A partir de ahí. se generó el núcleo urbano.
Como testigo de este momento, se conservan los restos de las antiguas termas romanas que se empezaron a excavar el 1897 a 1902. El conjunto está formado por una piscina central rodeada de habitáculos destinados a tratamientos curativos. Hay tres espacios en la parte trasera, como si fueran bañeras, donde se aplicaban los aceites.
El yacimiento está muy
bien conservado. ¡Aún se pueden observar los mecanismos de funcionamiento de agua casi intactos! Durante las excavaciones se han encontrado objetos como una cabeza de perro realizada en bronce o monedas de varios períodos que se pueden ver en el
Museu de Arqueología de Catalunya-Girona.