La
catedral de Vic es un
compendio de estilos que van desde el prerrománico de la cripta hasta el neoclásico de la fachada, pasando por el claustro gótico y alguna capilla barroca.
Para descubrir el románico escondido hay que desplazarse al lado izquierdo del edificio para encontrar una de las dos construcciones del siglo XI, el
campanario y la
cripta. Las dos provienen del antiguo templo prerrománico reformado por el abad Oliba, nieto de Guifré el Pelós y promotor de numerosos edificios (los monasterios de
Ripoll y
Cuixà, entre otros).
El campanario de la catedral de Vic es un buen ejemplo de la arquitectura
románica lombarda en tierras catalanas. De planta cuadrada, está hecho con
sillares pequeños y regulares. Mide ocho metros de lado y sus seis pisos y 46 metros de altura hacen que sea una construcción sólida y esbelta al mismo tiempo.
La ornamentación arquitectónica es un compendio del románico lombardo:
arquerías ciegas,
lesenas y
frisos de dientes de sierra adornan los diferentes pisos del campanario. Las ventanas aumentan en número y tamaño a medida que la torre gana altura. De las
aspilleras de los primeros pisos, pasamos a las aperturas
biforadas del cuarto piso y
triforadas en los dos superiores.
El otro elemento románico lo encontramos “escondido” dentro del edificio: la
cripta, justo debajo del
presbiterio, con capiteles prerrománicos provenientes de la antigua iglesia de Santa María. La cripta que consta de
tres naves cubiertas por
bóvedas de arista. Ocho
columnas cilíndricas sostienen las bóvedas y se sabe que los
capiteles que las coronan son los elementos más antiguos de toda la catedral.
Su decoración es sencilla, a base de
motivos vegetales, y está fuertemente influida por el
arte califal. La cripta quedó cegada en el siglo XVIII y se descubrió de nuevo el 1943 gracias a las excavaciones de
Eduard Junyent.
La catedral de Vic forma parte de la escapada ‘
Fin de semana románico: de Barcelona a Vic’.
Autores de las fotografías: Mutari, Bocachet y Salut Vilaró.