El
Castillo-Palacio de la Bisbal d’Empordà, una construcción que fue al mismo tiempo
castillo,
palacio y
prisión, es uno de los pocos ejemplos de la
arquitectura románica civil que se conservan en territorio catalán.
Situado en medio de la villa medieval, esta construcción fue, durante siglos, la residencia de los señores de la región, los
obispos de Girona. Los eclesiásticos obtuvieron el control absoluto sobre la Bisbal (de aquí deriva el topónimo) gracias al rey
Jaime I, que les otorgó la jurisdicción civil y criminal de la ciudad. El castillo se convirtió en la sede del poder espiritual y terrenal de sus señores. Desde su atalaya privilegiada en el centro de la villa, los obispos controlaban las tierras bañadas por el río Daró y también administraban justicia, de ahí la necesidad de una prisión.
Lo primero que llama la atención del castillo-palacio es su
tamaño y
monumentalidad. De planta rectangular, el edificio original románico ha sido modificado varias veces con estructuras de otros estilos (como la puerta y algunas ventanas renacentistas de la fachada). Como elementos característicos del románico encontramos ventanas
adinteladas de medio punto en la fachada noreste y noroeste del castillo. En esta última, también podemos observar un
basamento construido con losas inclinadas, que se conoce como
opus spicatum, técnica muy utilizada durante la antigüedad y la primera Edad Media. Ya dentro del castillo, pasaremos por un corredor plenamente románico, cubierto por una bóveda de cuarto de círculo y, bajando la escalera encontraremos la célebre prisión del castillo, una sala rectangular cubierta con
bóveda de medio punto.
Las puertas de las cinco salas del primer piso también están coronadas por estos arcos. Y si a bajo de todo tenemos la prisión, la parte más elevada es la que ocupa la capilla de San Miguel, también románica. El templo se encuentra dentro de un espacio rectangular que, visto desde fuera, es lo que más sobresale de todo el conjunto. De una sola nave la iglesia está cubierta por una bóveda de cañón ligeramente apuntada.
El Castillo-Palacio de la Bisbal d’Empordà forma parte de la escapada ‘
Fin de semana románico: El Empordà’.
Autores de las fotografías: Toniher y PMRMaeyaert.