Antes de la Edad media ya se celebraban ferias y mercados gastronómicos en Cataluña. Nacieron como puntos de encuentro entre comerciantes y compradores, y se han convertido en lugares de articulación social.
Los mercados, tal y como los conocemos hoy, surgieron como respuesta a la escasez de suministros provocada por las concentraciones humanas. Era necesario fijar unas fechas para el intercambio comercial. Uno de los mercados catalanes más antiguos de los que se tiene constancia es el de Bellcaire, en el siglo XIV.
Las ferias, en cambio, dependían de los movimientos del ganado y de las rutas comerciales , estaban ligadas a festividades religiosas y solían tener una periodicidad anual. Actualmente todavía hay poblaciones como Guimerà, Peratallada, Batea, Vic o Montblanc que una vez al año celebran estas ferias para rememorar las de la Edad Media.
La imagen y los productos de los mercados y ferias catalanes son hoy en día muy diferentes. Lo que no ha variado es su carácter de acontecimiento social y tradicional, y el hecho que son sinónimo de garantía de calidad. Actualmente existe un extenso calendario de ferias y mercados en todo el territorio y también se han creado rutas gastronómicas para la promoción de los productos locales.