Se puede descubrir la historia de Tortosa en uno de los edificios más significativos de la ciudad. Se trata del
antiguo matadero, una obra modernista del arquitecto Pau Monguió, construida sobre terrenos ganados al Ebro. En 2012 se trasladó el centenario Museo de Tortosa y se aprovechó la estructura de pabellones para mostrar un proyecto museístico totalmente renovado.
El museo tiene un
fondo de más de 4.000 piezas entre las que figuran utensilios de sílex prehistóricos, estelas funerarias romanas, cerámica andalusí, capiteles góticos, señales de riada, herramientas de uno de los últimos alfareros de Tortosa y obra pictórica y escultórica de artistas tortosinos, entre otros.
El recorrido por la exposición permanente permite conocer la historia de Tortosa y su territorio, desde la prehistoria hasta la actualidad. Se muestran los vestigios de la
Ilercavònia, Dertosa o Turtuxa. Se pueden ver las piezas más representativas de cada período histórico procedentes de la propia colección del museo y de otros museos que las han cedido en depósito, como el Museo del Prado, el
MNAC, el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona y el
Museo de las Terres de l’Ebre. La obra contemporánea del
artista Leonardo Escoda interactúa de manera transversal con el espacio y el contenido del museo.