La família Llopis se dedicaba al cultivo de vides. De hecho, su bodega elaboraba la Malvasia Llopis, un vino dulce característico de la villa de Sitges. El último miembro de la estirpe, el diplomático Manuel Llopis i Casades, dejó la casa familiar en testamento a la Generalitat de Catalunya incluyendo el mobiliario y otros objetos, con el encargo de instalar un museo romántico. Así fue. El Museo Romántico Can Llopis abrió sus puertas en 1949.
El edificio es una casa construida a finales del siglo XVIII de estilo neoclásico con formas sobrias y elegantes. El interior refleja cómo vivía una familia burguesa durante el siglo XIX, viajando desde los gustos más aristocráticos de principios de siglo al esplendor del romanticismo. Esta evolución también se aprecia en detalles como la iluminación, que combina las arañas de velas con el alumbrado de gas.
El museo cuenta con una serie de dioramas, que ilustran la vida cotidiana y las tradiciones populares en el siglo XIX. También custodia la colección de muñecas y juguetes de la artista Lola Anglada formada por más de 400 piezas de los siglos XVIII y XIX. Antes de irse, el visitante no puede perderse el carruaje para 14 personas y la colección de velocípedos.