Ideado por el artista e ingeniero
Miquel Utrillo entre 1910 y 1918, el
Palacio de Maricel se convirtió, desde su misma inauguración, en un
clásico del estilo Novecentista. Actualmente, el complejo mantiene intacto su gran valor artístico y arquitectónico y se ha convertido en uno de los edificios
más emblemáticos de Sitges.
Este conjunto monumental, inspirado en la belleza del
arte popular antiguo y moderno, fue un encargo del magnate, coleccionista y filántropo norteamericano
Charles Deering (1852-1927), que quería un edificio residencial donde disponer de su magnífica
colección de arte hispánico. Con la reforma del antiguo
Hospital de San Juan y la posterior anexión de varias casas de pescadores de la calle Fonollar, Utrillo construyó un conjunto excepcional que mereció los elogios de los artistas e intelectuales del momento. Para
Joaquim Folch i Torres, el Palacio de Maricel era "el fruto del momento culminante de la civilización catalana moderna".
De líneas austeras y respetando el
color blanco característico del barrio, el exterior del Palacio presenta varias terrazas decoradas con cerámica popular y sobresale la
torre de San Miguel. La coronan una serie de almenas y en la fachada se aprecia una escultura gótica del santo procedente del puente de Balaguer. A lo largo de todo el edificio se encuentra el característico escudo del sol naciente en rojo sobre el azul del mar, símbolo del Palacio ideado por el mismo Utrillo.
En el interior, el
Salón de Oro, el
Salón Azul, la
Sala Capilla, la
Sala Barcos y el
claustro -desde donde hay una espléndida panorámica del Mediterráneo- estructuran el Palacio. De la decoración destacan los elementos escultóricos de
Pere Jou y los murales del recibidor de
Josep M. Sert, inspirados en la Gran Guerra europea. El conjunto se completa con varios elementos artísticos que combinan estética y funcionalidad, obra de numerosos
artesanos locales.
Las desavenencias entre Deering y Utrillo significaron el fin del proyecto inicial del
Palacio de Maricel. Sin embargo, con la reciente recuperación de la unidad arquitectónica y conceptual y la reordenación museográfica a cargo del
Museo de Maricel, este conjunto extraordinario ha recuperado su vocación como espacio dedicado a las artes, el patrimonio y la cultura.